Seguidores


Contador web

miércoles, 26 de mayo de 2010

8.- Castigo del Hombre.- Promesa del Redentor.-



Al momento oyóse la voz de Dios, preguntando a Adán porqué había comido del fruto prohibido. Adán respondió: ¿Señor!, la mujer que me habéis dado por compañera me lo presentó y comí. Entonces dijo a Eva: ¿Por qué has hecho eso? La serpiente me engañó y comí, respondió ella.
Luego dijo el Señor a la serpiente: Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales….. Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; y ésta te aplastará la cabeza (1).
Anunció enseguida a la mujer que multiplicaría sus padecimientos. Y dirigiéndose a Adán, le dijo: porque has atendido más a las palabras de la mujer que a mi prohibición, maldita será la tierra por tu causa. Comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra de que fuiste formado; ya que polvo eres y en polvo te has de convertir.
Abiertos a la malicia sus ojos, Adán y Eva se avergonzaron de su desnudez, y se cubrieron con una especie de delantales de hojas; luego los echó Dios fuera del Paraíso terrenal, cuya entrada hizo que guardase un ángel armado con una espada que despedía llamas (2)

domingo, 2 de mayo de 2010

7.- Caída del Hombre.

Si Adán y Eva hubieran respetado esta prohibición, habrían sido completamente felices durante su vida en la tierra, y, sin pasar por las angustias de la muerte, hubieran ido después a gozar eternamente en el cielo de la vista de Dios, su Padre y Creador.
Pero envidioso el demonio de la felicidad de nuestros primeros padres, resolvió hacérsela perder (1). Oculto bajo la forma de una serpiente, acercóse a la mujer y le dijo: ¿Porqué no coméis de todos los frutos de este jardín? Respondióle Eva: Comemos frutos de todos los árboles; pero Dios nos ha prohibido, bajo pena de muerte, que toquemos el árbol de la ciencia del bien y del mal. No moriréis, repuso el demonio; al contrario. el dia en que comáis de ese fruto se abrirán vuestros ojos, y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal (2).
Eva tuvo la desgracia de dar crédito a estas pérfidas palabras, fijó sus miradas en el fruto y, encontrándolo hermoso a la vista, juzgó que debería ser de un sabor exquisito; tómolo, pues, comió de el, dándole después a Adán, el cual también comió.
Más, apenas hubieron cometido tal desobediencia, conocieron la enormidad de su delito y fueron a ocultarse.


(1)