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domingo, 27 de septiembre de 2009

3.- Formación de la mujer.

Hasta entonces Adán era el único ser vivo de la tierra creado a imagen de Dios. Dijo, pues, el Señor: no es bueno que el hombre esté solo, démosle una ayuda semejante a él. Produjo en Adán un sueño misterioso, durante el cual le sacó una costilla, y de ella formó la primera mujer, dándole un alma semejante a la de Adán.
Al despertar éste y ver a la mujer, dijo: ¡Esto si que es ya hueso de mi hueso y carne de mi carne! Por cuya causa el hombre dejará a su padre y a su madre para vivir unido con su mujer. (1) La llamó Eva, es decir, madre de los vivientes.
Enseguida Dios entregó Eva a Adán como compañera; y, al unirlos, estableció el matrimonio la sociedad doméstica, que es el fundamento de todas las demás.
El Señor les dió su bendición y dijo: Creced y multiplicaos, llenad la tierra y dominad en ella.
Fijó Dios su mirada en los seres que acababa de crear y vió que todo era bueno. (2)

(1) Jesucristo se sirvió de estas palabras para demostrar que el vínculo del matrimonio consumado no puede ser disuelto por autoridad alguna civil o eclesiástica. Las leyes civiles que autorizan el divorcio son un atentado contra la ley de Dios: "Que el hombre no separe lo que Dios ha unido" (San Mateo, XIX, 6)
(2) Vió Dios que todo era bueno quiere decir que todos los seres salidos de sus manos poseían las cualidades especiales convenientes.

viernes, 25 de septiembre de 2009

2.- La obra de la creación.

El primer día dijo Dios: “Sea hecha la luz”. Y la luz quedó hecha Después separó la luz de las tinieblas: a la luz le dio el nombre de día y a las tinieblas el de noche.

El segundo día hizo el firmamento, que llamó cielo.

El tercer día reunió las aguas que cubrían la superficie de la tierra y formó con ellas el mar, después apareció el suelo árido, al que llamó tierra. A su mandato se cubrió la tierra de plantas y árboles de toda especie.

El cuarto día hizo Dios los astros que brillan en el firmamento, entre ellos el Sol, globo inmenso de luz que alumbra el mundo presidiendo durante el día, y la Luna para que alumbrara y presidiera durante la noche.

El quinto día creó los monstruos marinos, los reptiles acuáticos y las aves, a los que luego bendijo, diciendo: creced, multiplicaos y llenad las aguas del mar, y multiplíquense las aguas sobre la tierra.

El sexto día dijo Dios: produzca la tierra animales vivos de toda especie, y en seguida aparecieron en la tierra animales de muchas formas.

Dios dijo después: hagamos al hombre (1) a imagen y semejanza nuestra (2), para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre toda la tierra y cuantos animales se mueven sobre ella. Formó el cuerpo del hombre de barro y limo de la tierra, e inspiró en su rostro un soplo de vida, es decir, le dio un alma inmortal y racional.

El primer hombre se llamó Adán, que quiere decir hecho de tierra roja.

Después de haber creado todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo, el Señor los puso ante Adán, para que viese cómo había que llamarlos, y Adán dio a cada uno de ellos un nombre, que designaba su naturaleza y sus propiedades.

(1) Esta manera de hablar indica claramente que varias personas en Dios.

(2) El hombre es la imagen de Dios, sobre todo por su alma dotada de memoria, entendimiento y voluntad.

domingo, 6 de septiembre de 2009

1. Origen del mundo

El mundo que habitamos no es eterno; hubo un tiempo en que no existían ni cielo, ni tierra, ni nada de lo que ahora vemos.
Dios, en su omnipotencia, sacó de la nada la materia y todos los seres del universo.
La Sagrada Escritura nos dice que empleó seis días en realizar esta gran obra.
(1)

(1) Según muchos intérpretes, entre ellos San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino, con la palabra día el autor del Génesis quiere referirse aquí a un tiempo más o menos largo que la ciencia moderna hace ascender a muchos millares de años.